Cuando pensamos en las voces de México, la de Eugenia León es una de las que se escucha con más fuerza. Su trayectoria es una de las más destacadas del país, ha pisado importantes escenarios de diversas partes del mundo y lo ha compartido con personalidades como Pablo Milanés, Lila Downs, Armando Manzanero, Marco Antonio Muñiz y Chavela Vargas, entre otros. Eugenia se caracteriza por su sencillez y compostura; goza de una voz que transmite calma al hablar, y cuando canta tiene la capacidad de hacernos reír y llorar al llevarnos a rincones que no habíamos explorado. Su gran capacidad y humildad para valorar una canción, le permite darle una nueva voz; por ello es un honor para muchos artistas que sea ella quien interprete su música. 

Es también inquieta y esto ha supuesto un gran reto en su carrera, permitiendo que explore diversos géneros. 

“La verdad yo nunca he tenido una zona de confort de nada. La gente ya no sabe ni qué esperar de mí. Un día les cantó “El ratón vaquero” y otro día tangos. Lo primero, creo que el artista tiene que estar contento porque si no lo está, no lo puede defender. Lo segundo es mantenerlo y llevarlo, hablarlo, presumirlo, y ahí la gente dirá si le gusta o no”. 

retrato de eugenia león

En su producción más reciente A los 4 vientos, Eugenia nos lleva a un lugar en el que muchos hemos estado. Allí donde el corazón nos queda marcado y nos duele; corazón que necesita de tiempo para sanar y para reconocerse lastimado para poder ser liberado. Al respecto del lanzamiento, tuve la oportunidad de platicar con la gran Eugenia León, a quien admiro, sobre todo, por mantenerse siempre fiel a lo que ella es. 

Mariana Tiquet: En los setenta, mientras estabas en la prepa, descubriste que habías nacido para cantar. ¿Cómo fue el cambio en tu vida a partir de ese momento?

Eugenia León: Radical, total y absoluto. Para muchas cosas muy bien, con retos que superar porque no llegas maduro a la carrera, te tienes que formar y a veces te sometes a una crítica de los tuyos que puede ser muy dura. Yo misma me escuchaba y no me gustaba, me oía muy débil. Entonces es escuchar mucha música, a grandes cantantes, tomar clases de canto y, por supuesto, no alejarme de la música que es mía, de todos nosotros, la música mexicana. Ha sido un proceso largo para formar mi voz, procesar mis terrores al escenario, conservando mi integridad musical y artística, pero sin prejuicios para no meterme en un festival como fue la OTI. Y aunque soy de otro ambiente, siempre me ha parecido que los canales se deberían de abrir y cruzarse los mundos musicales sin esa cosa clasista de “no eres de la alta, entonces no entras a Bellas Artes o tú no tienes pueblo, no tienes derecho a cantar nada con el Grupo Pesado, Los Invasores de Nuevo León, por ejemplo”. Eso siempre me ha fastidiado y he batallado desde que tengo memoria. Es lo que también configura mi tesis musical o mi espíritu musical, como persona y como artista, y me marca muchísimo. 

Los setenta fueron años de cambios importantes (…) con el Golpe de Estado en Chile y la Guerra Fría en el resto del cono sur llegó mucha música de estos países que nos abrieron los ojos a la música en nuestro idioma con otras temáticas que yo no había escuchado en la nuestra, que observa el mundo social de los campesinos, trabajadores, de la justicia. Y la parte de la música mexicana que habla del amor, amor a la tierra, y de grandes compositores como José Alfredo Jiménez que nos llevan a un viaje por la fatalidad del amor muy tremenda. Entonces sí, los setenta cambiaron totalmente mi vida y en adelante ha sido reconstruir, ir y volver a hacer. 

MT: Cuando recibiste el premio OTI fue un momento, quizás agridulce porque fue un galardón importante, pero al mismo tiempo estaba esta cuestión de la crítica de la gente… 

Eugenia León: Sí, ni siquiera mi físico correspondía a las artistas de marketing que venían de la televisión, o sea, no eres de casa, te vamos a agredir mientras más podamos. Era muy amargo, a veces lloraba mucho porque los ataques eran demasiados. Como si yo fuera capaz de ir a comprar unos jueces; yo venía de un mundo donde no hay dinero. A partir del 85 me llamaban a muchos lados y la gente esperaba que yo cantara otra cosa, nada más conocían el Fandango. Es un desprendimiento extraño, estás ahí porque tienes que aparecer en los medios, pero la gente en realidad no te conoce; sabe de ti, pero no te conoce. Son todos estos años de decir: yo no voy a ser lo que no puedo ser. Gané un festival, pues no es mi culpa. Yo hice mi esfuerzo, y si ganamos no es en contra de nadie. También en México somos tremendos. No nos gusta que nos gane otro compatriota porque queremos ser los únicos y somos un poco mezquinos con el triunfo ajeno. No queremos reconocerle nada bueno al otro que ganó. Era muy difícil entrar a un mundo de la industria de música que yo no conocía. Continué desde mi primer disco al segundo con canciones de Marcial, Jaime López, Silvio Rodríguez, que no tenían nada que ver con la industria como estaba en ese entonces. Yo creo que ahora ya se ha abierto mucho más, ya encuentras artistas súper exitosos que no necesariamente salen de la televisión, hay compositoras muy destacadas que vienen de otros mundos y que satisfacen las necesidades de una generación. Las redes sociales abren otras formas de comunicación, donde la gente ya no se escandaliza que aparezca un artista que no es de la empresa y que incluso se exprese políticamente. Yo también sé cuál es mi nicho. Pero para mí hay que tomar una canción, valorarla y respetarla. 

eugenia leon y rosalia leon en set de grabación
Eugenia León con Rosalía León.

MT: Tu última producción, A los 4 vientos, cuya narrativa gira alrededor del mal de amor, ¿qué la destaca de tus discos anteriores, además de incluir rancheras y norteñas?

Eugenia León: No partió de la música sino de la temática. Yo escuché “Te hubieras ido antes” y me hizo llorar. Ya la había cantado Julión, Espinoza Paz y ya era una canción conocida, pero yo no la conocía y cuando oí la versión del Mariachi Nuevo Tecalitlán se me salieron las lágrimas. Alguien muy querido para mí estaba pasando por un mal amor, y dije por aquí va a ir el disco. Hace muchos años, en El Hábito, que ahora se llama El Vicio, hice un concierto llamado “El Manual del Azote”, escrito por Carlos Monsiváis y Jesusa Rodríguez, y era el manual de cómo azotarse más y deprimirse; los pasos para la depresión total. Cantaba cosas súper trágicas, pero más hacia el bolero y los tangos que el ranchero. Ya habían habido propuestas de que hiciera algo de mariachi, pero estaba yo haciéndome pato porque uno sabe sus límites y hasta dónde. Hasta le he preguntado a Aida Cuevas, reina del mariachi, cómo hacerlo, porque ya hasta mi maestro de canto me dice que me he lastimado la voz por cantar eso. Pero de repente viene esta canción, me emociona y hace llorar. Lo que no metí en este panorama de los dolores del amor es el odio. Creo que ya estamos hartos de eso. Hartas de que nos victimicen o nos vuelvan las malas de la película. Siempre es unos contra otros y cómo se puede volver odio el despecho, y se me hace una forma de violencia que no se incluyó. (…) “Te lo digo de rabia no volveré” es la única que tiene un poquito de cada quien se va con sus golpes, pero ahí te va una mentada de madre. 

MT: Pero es más liberador. 

Eugenia León: Exactamente. Me pareció que valía la pena meter un tema compuesto por Liliana Felipe, Jesusa Rodríguez y Regina Orozco que se llama “Vivan las mujeres”, que habla de que ya no toleramos la violación y, como dice la canción, “que si la chancla que yo tiro no la vuelvo a levantar, pues yo no soy ni chancla ni me tiran, y si se me antoja yo me vuelvo a levantar”. Son los contrastes que dan un toque social y vital. No todo es muerte y duelo. Está “El hombre que más te amó”, una canción hermosa que canto con Lalo Mora sobre un padre que le habla a su hijo varón y le dice que él quiere que no se tropiece con las mismas piedras que él se tropezó y que aunque casi no lo besaba tanto, lo abrazaba y luego lo regañaba, que él supiera que fue el hombre que más lo amó. Yo creo que sí les va a mover el tapete.

concierto eugenia león con mariachi

MT: Yo creo que es muy importante lo que mencionas, esta parte de la colaboración, pues siempre has estado en contacto con diferentes cantautores y esto también va cambiando.

EL: Claro y tú sabes que las colaboraciones se han puesto de moda y la gente lo pide. Yo no lo había pensado como un disco de duetos, pero surgió la posibilidad de grabar en Monterrey con el maestro Pepe Elizondo de Grupo Pesado, con Javier Ríos de Invasores de Nuevo León, con maestro Lalo Mora, con Los Tercos y con la Banda San Miguel. Pienso que soy una mujer afortunada de tener al mariachi Fernando de Santiago, al mariachi Flor de Toloache que son puras mujeres neoyorquinas, y a Rosalía León por el lado ranchero. Me parece que es un disco muy lindo y no se van a aburrir. Habrán discusiones, pero es parte del juego que tú pongas a consideración del público tu trabajo. Uno trabaja para el público y habrá a quien le guste mucho y otros que a lo mejor no, pero yo creo que hay oídos y corazón para todo mundo.

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