Los 707 días que Eloísa García Guerrero pasó en Argelia resultaron ser una fantástica oportunidad para conocer y entender otras costumbres, y para descubrir lugares de ensueño… casi como protagonizar un cuento de fantasía en tierras exóticas. Tan pronto se instalaron en Argel, Eloísa emprendió cámara en mano nuevas aventuras de las cuales su obra fotográfica es testimonio. Además de perderse por las calles de Argel, la fotógrafa y su esposo aprovecharon muy bien su tiempo en Argelia para conocer Oran, Constantina, Ghardaia, Tipasa y muchos otros lugares en la costa mediterránea y en el desierto del Sahara. Gracias a estos viajes y recorridos, García Guerrero hoy nos comparte imágenes de rostros de hombres, mujeres y niños inmersos en la rutina, impresionantes ruinas romanas, hermosos paisajes costeros, dunas interminables, atardeceres espectaculares, y construcciones de distintas épocas y estilos, incluyendo la kasbah o ciudadela de Argel, de gran hermosura, pero en un triste estado de abandono y sobrepoblación.
Eloísa describe a Argelia como “una mujer autónoma, maternal, fuerte… supersticiosa, que proviene del desierto pero que ama el mar… apasionada… que sufre y llora de manera oculta, escondida, en la nostalgia de sus callejones y en la melancolía de su canto”. Tan elocuente es esta descripción como lo es también la curaduría de la exposición, en la cual intervino proactivamente Eloísa. Al mostrarnos impecables fotos a color y blanco y negro de lugares maravillosos y de escenas de la vida diaria de los argelinos, Eloísa se muestra también ante los espectadores como una gran esteta con una prometedora carrera por delante.
Los casi dos años que pasó en Argelia le permitieron no sólo la preservación fotográfica de cientos de instantes (ella tomó, cuando menos, una foto al día), sino también la composición de once textos a través de los cuales, desde su situación de expatriada, pretende explicarse y entender aspectos diversos de la vida y cultura argelinas. Estos textos forman parte del libro de su autoría titulado 707 Days in Algeri, el cual fue editado en Suiza, un par de años después de haber dejado Argel y que dio origen a la exposición que nos ocupa; este libro puede ser adquirido en la propia exposición, y se espera que su traducción al español sea editada muy pronto.
Sin menospreciar la pericia y técnica de García Guerrero, que son evidentes en el manejo de la perspectiva y en la composición de sus fotos, resulta particularmente notable el papel que juega en su obra la luz, elemento fundamental de la fotografía. La artista explica que sus fotos no cuentan con filtros o retoques innecesarios, toda vez que Argelia es, en sus palabras, “un paraíso fotográfico [gracias a] la luz”. La ubicación geográfica de Argelia hace posible que todo su territorio goce de largas horas de sol durante gran parte del año. La luz del sol que baña al país se refleja sobre la superficie del mar, las arenas del desierto y las blancas construcciones de Argel y otras ciudades (no por nada Argel se conoce afectivamente como Alger la blanche), para posteriormente rebotar en las nubes del cielo. Este fenómeno ofrece a los artistas de la lente la posibilidad de tomar fotos de gran nitidez y luminosidad que, desde el primer vistazo, nos transportan a las playas, mezquitas, mercados y ruinas de Argelia, así como al mismísimo Sahara, que abarca gran parte del territorio argelino.
707 Días en Argelia es un hermoso testimonio visual de los casi dos años durante los cuales Eloísa y su esposo vivieron en la ciudad de Argel. Gracias a su inseparable cámara fotográfica y su inagotable pasión por aprender, Eloísa nos permite apreciar, a través de su mirada, tanto hermosos paisajes y construcciones de un país del que sabemos muy poco, como escenas cotidianas que transmiten emociones que no conocen de territorios ni fronteras.
La exposición estará abierta al público en el Instituto Mexicano para la Justicia del 3 al 12 de marzo de 2020.
Eloísa García Guerrero es licenciada en comunicación por la Universidad Iberoamericana (Ciudad de México), y realizó estudios de posgrado en The London Institute of Photography y la escuela suiza de fotografía Nicéphore. Eloísa cuenta con gran experiencia en materia de producción de artes escénicas y medios audiovisuales, pero la fotografía documental, de paisaje y de retrato siempre ha sido una de sus pasiones.