Disfruta del encanto de San Miguel de Allende en un lugar de ensueño: Casa de Sierra Nevada, A Belmond Hotel
San Miguel de Allende es uno de los destinos predilectos para quienes buscan en nuestro país hermosa arquitectura, gastronomía y una importante oferta cultural y artística. Esta bella ciudad del Bajío mexicano, en el estado de Guanajuato, dejó de ser un Pueblo Mágico en 2008 para recibir el título de “Villa Protectora de San Miguel y Santuario de Jesús Nazareno de Atotonilco” con el que fue inscrita por la Unesco como Patrimonio cultural de la Humanidad. Su aporte cultural y arquitectónico, así como su relevancia durante la lucha de Independencia de México fueron clave para que recibiera dicha distinción.
Es incluida, con gran frecuencia, en las listas como una de las mejores ciudades del mundo y está en la mira del turismo internacional. Además de su gran oferta cultural, también se destaca por su servicio y amabilidad.
Si quieres visitar esta hermosa ciudad colonial, Casa de Sierra Nevada es una gran opción para hospedarte. Como parte de Belmond, se caracteriza por ofrecer una experiencia acorde al lugar donde se encuentra. Las propiedades se mantienen fieles a su esencia y, en vez de ser transformadas en grandes resorts, ofrecen un espacio íntimo, genuino y con decoración armoniosa al espacio, conservando la cultura mexicana.
El staff se encarga de dar un gran recibimiento para ofrecer una gran experiencia a los huéspedes durante toda la estadía. Se destacan por su amabilidad y calidez. Al llegar, te reciben con un cóctel de bienvenida preparado con mezcal y toronja, servido en un vaso artesanal de la cultura otomí que puedes acompañar con guacamole antes de pasar a tu habitación.
Casa de Sierra Nevada cuenta con 37 habitaciones, cada una de ellas única, distribuidas en casonas de los siglos XVII y XVIII: Casa Fuente, Casa Limón, Casa Palma, Casa Caballo y Casa Parque. Con bellos jardines y patios interiores dan ganas de aprovechar las instalaciones. Cuenta con dos restaurantes: Andanza, menú mexicano con un toque contemporáneo, y Restaurante del Parque, menú de comida oaxaqueña y poblana. También tiene dos bares: The blue bar y Tunki.
Inaugurado el 3 de marzo, Tunki tiene una vista espectacular hacia la Parroquia de San Miguel Arcángel. Cuenta con una carta de coctelería del reconocido speakeasy Handshake, incluido en la lista de los mejores 50 bares del mundo. Si te gustan los cócteles, esta terraza es una gran opción para disfrutarlos acompañados de gastronomía inspirada en los Andes Peruanos. No te puedes perder la vista al atardecer. Si te hospedas en Casa de Sierra Nevada podrás ingresar por la entrada principal, si no es así deberás acceder por una puerta adicional, indispensable contar con reservación.
Casa de Sierra Nevada ofrece otras experiencias para acercar más a los huéspedes a las riquezas de San Miguel de Allende y de México, entre ellas la gastronomía y el arte. Se pueden reservar clases de cocina con las que será posible adentrarse en la cocina mexicana, desde una visita al mercado para conocer los ingredientes hasta la degustación.
También cuenta con actividades artísticas, entre ellas el taller de Mojigangas, icónicas figuras de papel maché, a cargo de Hermes Arroyo y la primera master class de la renombrada artista mexicana Karla de Lara. Ganadora de la Bienal de Venecia en 2018, la llamada “Madre del arte pop hiperrealista” dio este taller del 8 al 11 de marzo en Casa de Sierra Nevada, un espacio que sirvió como punto de encuentro para compartir y conversar en torno al arte. Como parte de la experiencia, se ofreció un desayuno a la carta y una cena especial para cerrar la master class en el restaurante Andanza.
Con motivo de este encuentro, el Chef Ejecutivo Eduardo Zorrilla y el Chef Christian Herrera prepararon un menú especial. “Fue creatividad pura, ideas que teníamos en la cabeza y nos pareció buen momento para ejecutar algo que nunca habíamos hecho; algo tan relacionado con el arte y la creatividad como es la pintura, lo que enseña Karla de Lara. Escoger el producto correcto y divertirnos. Que sea algo único y que no se vuelva a repetir”, compartió Eduardo Zorrilla.
Para el primer tiempo prepararon un ravioli de short rib con puré de berenjena, piñón caramelizado, demi-glace, cilantro y queso cotija. Después sirvieron jaiba de concha suave con mole manchamanteles hecho en casa, un poquito de aguacate y piña, alioli de ajo negro y albahaca; una combinación interesante y armoniosa al paladar. Como plato principal sirvieron filete de res con higos al oporto, puré de chícharo y una tarta de shallot caramelizado con vainilla. Para finalizar, una interpretación de tiramisú, en este caso de zanahoria; jugaron con las texturas de la base del tiramisú, haciéndolo muy especiado como si se tratase de un pastel de zanahoria, pero acompañado de mascarpone y tintura de café de capomo.
“Siempre tratamos de meter un elemento poco común o una combinación que tal vez no haga mucho sentido cuando lo lees, pero cuando lo comes tiene todo el sentido. Cuido mucho el balance en la comida, el equilibrio de los sabores. El postre no era super dulce, no son postres que cansen. Ir jugando con estos picos de sabor, nada muy manipulado. Yo digo que mi cocina es cuidadosamente descuidada. Me gusta poner los elementos ahí, que parezca como si hubiera sido un accidente, pero obviamente están puestos con toda la intención. Que sea fresco, casual. Para mí, el lujo, hablando del lugar donde estamos, Belmond, no va a tanto con el producto, como foie gras o caviar. Va más por la propuesta, por lo interesante que te puedas encontrar en el plato”.
Así como la cocina, todos los detalles en Casa de Sierra Nevada han sido planeados. Todo es extremadamente organizado y siempre hay disposición para escuchar peticiones especiales. Son justo los detalles los que hacen que la estancia sea muy placentera y queden ganas de volver.