Tantos matices y capas de esta historia de crisis global en la que una parte de la narrativa del mundo cambió en un pestañeo, y otra permaneció sin cambios para siempre. De muchos prismas a través de los cuales seguimos esta historia pandémica, el de la atención médica es omnipresente. Además de no estar preparado para esta situación, el hecho es que ni siquiera podemos obtenerlo hasta que las cosas se vayan directo hacia el sur. Lo que tendría sentido, si hubieran algunas pautas más amplias sobre cómo no llegar a ese lugar. Parece que solo existe un consejo todo poderoso. Todos lo sabemos: Lávate. Las. Manos. Es el eslogan del año. Si bien es un excelente consejo, y la gente hizo un gran trabajo al transmitirlo, estoy bastante segura de que en 2020 podríamos hacerlo mejor que alcohol y agua versus pandemia mundial. Podemos construir un mejor equipo.

Brenda Islas, Otro Amanecer, fotografía digital, 2019

Si pudiera escoger, me gustaría invitar al sistema inmunológico a unirse.

Claramente entendemos que cualquier virus, al ingresar a nuestro cuerpo, conoce por primera vez al ejército de defensa del organismo, alias sistema inmunológico, en otras palabras, el sistema que te hace inmune. (1) También está claro que el daño que el virus vino a causar dependerá en gran medida de la fuerza, habilidad y adaptabilidad del ejército. (2) Es por eso que los grupos más amenazados en estos tiempos son las personas mayores o con condiciones previas – su sistema inmunológico ya sea que se debilitó a lo largo de los años o ya está pre ocupado por otras enfermedades. Es lógico querer tener guardias súper fuertes, especialmente cuando la invasión está en camino.

Es realmente extraño que la Organización Mundial de la Salud no quiera reclutar a un jugador tan fuerte.

Por el lado más optimista, el medio ambiente ciertamente se ha convertido en uno de los prismas, al cual antes, por lo general, no nos aproximábamos con entusiasmo. Una interrupción repentina en la avalancha del cambio climático se ha sentido como si quitáramos un mueble de una alfombra vieja, solo para ver su color inicial. De repente nos recordó cómo se veía nuestra alfombra original. Nostálgicamente, observamos los animales y los árboles pintados en ella, desvanecidos generacionalmente por todo el polvo que nuestra huella ha acumulado.

Brenda Islas, Saludo al Sol, fotografía digital, 2019

Realmente desearía que todos hayamos tenido un momento de: “ugh, necesito hacer algo con esta alfombra. Si no ahora, al menos cuando tenga dinero y tiempo”. Pero por lo menos, como mínimo, aceptar que hay que hacer algo al respecto.

Si tenemos la suerte de ver el final de esto, será un caso impecable para estudiar a la humanidad y todo lo que conlleva, en sus verdaderos huesos, porque no todos los días puedes cambiar tantas variables de vida tan velozmente, y observar lo que te queda. Cuando las cosas cambian rápidamente, es sencillo ver qué estaba aquí para quedarse y qué estaba aquí para pasar.

Hasta entonces, permanezco mirando hacia afuera a través de la ventana.

Mantente a salvo, quédate en casa y fortalece tu inmunidad.

Brenda Islas, Gato en la Ventana, fotografía digital, 2014

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Nina Turudić es una curadora y crítica independiente, nacida en Croacia y radicada en México desde 2018. Estudió Ciencias Políticas e Historia del Arte en Cornell University, en Nueva York. Ha explorado temas de su interés en diferentes proyectos tanto curatoriales como de investigación, específicamente sobre arte contemporáneo y feminismo. Ha publicado sus textos en diferentes medios internacionales. Es apasionada de explorar temas de salud y bienestar. Jugó tenis profesionalmente, formando parte del equipo nacional de Croacia, compitió en diferentes torneos Ivy League y fue sub campeona en el Campeonato Europeo. Además es instructora certificada de Yoga y produce una línea natural para el cuidado de la piel.

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